martes, 8 de octubre de 2013

Entre la vida y la muerte: Experiencia de vida... sufrir o crecer....?

Después de una larga ausencia, por fin me he regalado unos momentos para plasmar en este blog, algunas ideas que desde hace algunos meses han rondado en mi cabeza y que solo he podido compartir a mis muy cercanos.

Deseo compartir con ustedes queridos seguidores de este blog, una experiencia que sin duda alguna mi vida se cuenta antes y después de esta gran experiencia de vida. Corría el mes de Junio 2011 habían pasado unos cuantos días de estar celebrando el día del padre, cuando mi gran maestro (mi papá), debía ser sometido a una intervención quirúrgica programada, donde tendrían que quitar la mitad de su colon izquierdo, recuerdo que al despedirlo me dijo palabras más palabras menos: "  Te he dado todo, puedes volar con toda seguridad cuando así lo decidas, te amo"  como era de suponerse en alguien como yo, tan sentimental, mis ojos se empezaron  inundar de lágrimas fundiéndome en un abrazo  de amor entre padre e hijo, ese domingo cuando regresaba a casa melancólico recordaba pasajes extraordinarios que como familia habíamos vivido, recordaba a mi padre como ese hombre inquebrantable ante cualquier adversidad, ese hombre que ha dado todo por nosotros. Quien diría que tan solo 4 días después nuestras vidas darían un vuelco tan estrepitoso y doloroso, para quienes solamente conocíamos el dolor físico.

Fue así como iniciamos una semana diferente, yo continuaba atendiendo mi consultorio privado y acudía al hospital, gracias a la tecnología tan solo en unos segundos sabía como estaba mi padre, mi madre y Edgar(mi hermano), ese jueves pasaron a mi padre al quirófano, durante todo el día estuve en contacto con el gran arquitecto del Universo, pidiendo fuese él quien guiara este procedimiento. Por la tarde recuerdo que mi padre aún ronco por su anestesia general habló por videollamada " todo salió muy bien éxito total", eso reconfortó mi alma que al pasar de las horas a más de 7 horas de distancia provocaba  en mi mucho MIEDO.

Sin embargo pasaron escasas 48 horas, cuando mi hermano Edgar llamó angustiado a mi teléfono para comunicarme que algo andaba mal, que incluso los facultativos dudaban el como proceder, mi madre llorando me dijo que Él quería verme, empecé a tener MIEDO de perderlo, yo como médico responsable en ese momento de un servicio de Urgencias de 2do Nivel, mi mente rápidamente buscó cuantos diagnósticos conocía como probable origen de su malestar, no sabía que hacer, mis compañeros de guardia sabían que algo andaba mal, hubo quien sugirió me fuera, otros decían que esperara al amanecer, pero ese momento de angustia seguido de impotencia por no estar con Él, han sido de las situaciones en las que me he visto vulnerado, recuerdo que alrededor de las 6am del sábado llegó el médico a quien entregaría mi guardia, llegue a casa en menos de 5 minutos, desperté a Bombón (mi hermana) y le dije que era urgente el irnos a  Morelia y yo de ahí a México, ella intuía algo pero quizá su cansancio no la llevó a preguntar más, tomé dos cambios de ropa y así emprendimos el viaje, un viaje con día de salida y con la incertidumbre de un regreso sin fecha y sin número de familiares.

Subí al autobús sin saber bien a bien que me esperaba al llegar a mi destino, cada tres minutos mi teléfono sonaba, mi hermano, mis tíos que se habían enterado que mi papá no estaba bien, mi madre que lloraba, sus suspiros y sollozos taladraban mi corazón, por fin llegue a México, no supe más, un ángel llamado Enrique Guzmán García amigo de mi padre por años, y un miembro más de mi familia, me traslado hasta el Hospital había tráfico, llovía, hacía frío, pero mi mente estaba completamente turbada, seguía sin saber nada de mí, en la puerta principal estaba Edgar caminamos, subimos al ascensor al final del pasillo estaba mi madre, la abracé y una Doctora que me dijo " Lo estaba esperando, su padre me ha hablado mucho de usted, y creo que será fácil explicarle", mientras ella hablaba sin parar, con angustia en su mirar, tras una rendija de la puerta lo vi a Él con catéteres por todos lados, bombas de infusión que su sonido chillante era estridente para mi, sondas, su respiración era rápida, pedí verlo, lo toqué, no sabía que decir, lo besé, lo abracé, el decía agitado " Vamos a estar bien", tras una larga explicación de la médica que estaba a cargo lo acompañe a unas  tomografías abdominales, el equipo quirúrgico salió a comunicarme lo grave de la situación que había que pasarlo a operar, que las suturas de la primera cirugía se habían colapsado, que había peritonitis, mi madre y yo firmamos la autorización de la cirugía, durante el camino Él  empuñaba su mano sobresaliendo su pulgar derecho, comunicando que todo estaría bien... Después de esto amigos lectores mi madre, Edgar y yo nos abrazamos afuera de urgencias, lloramos " Nos hacías mucha falta" me dijeron.

Pasaron las 4 horas más largas de mi vida, en una sala de espera donde se colaba el agua, donde había mucho frío, donde los olores de todos los familiares se mezclaban pero donde nos unía un mismo dolor, un paciente que estaba sufriendo, por fin salieron los médicos hablaban de que habían quitado el resto del colon, que tenía una Ileostomía (intestino delgado que sale por la pared abdominal para que evacuara), nos dijeron que pasaría a la terapia intensiva por que estaba muy grave y ahí se nos diría su estado actual más detallado. Siempre he creído en Dios, en esos momentos no entendía nada de lo que ocurría, pero si sabía que no nos abandonaría, caminamos por un largo pasillo que después sería de lo más común transitar por el, una puerta con sistema automatizado se abre y aparece otro ángel (como he decidido llamar a los grandes hombres que estuvieron ahí cuando más se necesitaba ) mi maestro y amigo Dr. Erick Francisco Romero Mejía residente del ultimo año de subespecialidad en Medicina del Enfermo Crítico, " El Doctor es tu papá- incrédulo y con angustia, informó- ... Irving 72 horas, puede haber fiebre es esperada, está con medicamentos para mantener su presión normal, esta intubado, está grave, hay que tener paciencia, hay que esperar". Por primera vez apareció  la palabra ESPERAR, por primera vez se hablaba de PACIENCIA, Erick fue una pieza clave en esta historia de vida.

Antes de irnos ese día a un pequeño cuarto que mi madre había conseguido para "descansar" (si es que alguien podría hacerlo bajo en estas circunstancias), nos informaron que las 24 horas debía haber un familiar con el en la sala de espera para cualquier imprevisto, esto quería decir que en cualquier momento el podía ponerse mal y requirieran de nuestra autorización para tal o cual procedimiento. Fueron días difíciles, otros peores, días de alegría cuando lo iban a extubar, días de mucho miedo a perderlo cuando lo tenían que operar, días de mucha angustia cuando el dinero se empezaba a acabar, días de mucho pensar en lo podía ocurrir, pero días de estar Extraordinariamente cercanos a Dios, la primera visita era a las 6:30 am, la segunda a las 2:00 y la última por la tarde noche, 30 minutos que pasaban como un suspiro, y ahí estaba Él conectado a un ventilador, hinchado, nunca lo había visto así, fláccido, como dormido pero no se veía enfermo, su cuerpo caliente por la fiebre, los días pasaban muy lento, mi alma parecía quebrantarse en momentos cuando al día tenía que tomar hasta 15 o 20 llamadas de amigos, pacientes, conocidos de mi papá que es hombre muy querido y respetado en toda la región de Apatzingán Michoacán y sus alrededores.

Entre neuomonías, cirugías, hemodiálisis, fiebre, medicamentos muy caros, intubaciones, extubaciones, trasncurrían los días, algunos de ellos parecían ya estaba cerca el terminar de esta agonía espiritual, algunos otros el panorama parecía remitirse como al principio, pero continuamente escuchábamos las experiencias de quienes tenían más de un mes con sus familiares en la terapia intensiva, la PACIENCIA era una virtud que había que empezar a trabajar. Tres semana estuve ahí con ellos, después tuve que regresar a trabajar para llevar dinero, ya se estaba acabando, las personas que me veían me daban de acuerdo a sus posibilidades su ayuda, 50, 100, 500, 1000, 2000 pesos de pacientes, compañeras enfermeras, médicos, amigos, mis QQHH:. todo mundo manifestaba que nunca estuvimos solos, un alma grande como mi H:. Santiago Ceja Magaña estuvo ahí viernes a viernes para despedirme y mandarme viandas para mi familia, en el canal local de televisión empezó a aparecer una leyenda acerca de que mi padre estaba muy enfermo y ocupaba la ayuda para solventar los gasto, el dinero empezó a llegar, nuestros vecinos pedían dinero y lo mandaban vía el banco, otro gran Ángel el Sr. Noé Aguirre tras escuchar mi angustia desde EUA, nos hizo una extraordinaria cooperación económica, pero mientras tanto mi ángel protector mi tío Ezequiel Ballesteros Haro, su esposa, convocaban diariamente a oración por la sanación de los enfermos en especial de mi padre, mi tío Ezequiel estaba al pendiente fue a México en innumerables ocasiones, oramos, lloramos, nos abrazamos, mi tia lucy, mi tia lety también estuvieron ahí en esos momentos de angustia, mi tio luis y Alejandro hicieron lo propio.

Cuando las aguas parecían tomar su curso, mi abuela perdió su estado de alerta cayendo desmayada, con dificultad para hablar, al servicio de urgencias donde yo a recibí, nuevamente el miedo, la angustia, me llevó a cuestionarme por que nos pasaba esto a nosotros, quizá como reclamo a Dios pero pronto llegaron las respuestas, era necesario que yo estuviera ahí con ella (mi abuela), por que me necesitaba ella aquí, por la gracia de Dios su recuperación fue satisfactoria, un evento vascular cerebral con repercusión en el área del lenguaje, Dios puso en mi camino a una gran mujer que fue y es un ángel en mi vida Brenda, quien no se separó de mi ni un instante, su hombro siempre dispuesto, sus brazos siempre abiertos fueron fundamentales en este transitar la adversidad.

Llegó el día en que pudo salir de la terapia intensiva a piso de recuperación, débil, delgado, cansado, pero con un alma enormemente grande como solo la poseen los elegido por Dios, empezó su recuperación, logró salir de ese hospital, todo mundo agradecía a    Dios a todos los ángeles algunos anónimos que ayudaron a que Él saliera, fuimos con su silla de ruedas a la basílica, tomamos café, volvimos a estar juntos Continuó su recuperación en México por 2 semanas más, fue increíble cuando fuimos por Èl, mi tio Ezequiel nos acompañó, fue el viaje más maravilloso que yo he hecho, ninguno se compara con este y se que ninguno se comparará.

Al llegar a Apatzingán, el primer lugar  al que quiso ir fue a la casa de su mamá, todos teníamos miedo como reaccionaría Él al verla a ella con secuelas de una embolia y ella al verlo a Él tan demacrado, fue increíble ver el amor con que recibió a su hijo ese día, fue increíble el fundirse todos en un abrazo de gratitud al creador, sabiendo que esto era más que una segunda oportunidad. La gente se enteró que él había llegado, las visitas empezaron a aparecer, las despensas, la fruta, el apoyo económico, las oraciones, los buenos deseos, la vida había regresado a mi casa después de más de 70 días de ausencia.

Acudió a su rehabilitación, lo llevamos a la unidad deportiva a caminar a fortalecer sus músculos, para fortalecer su alma, empezamos a ir a su programa de radio que tiene más de 15 años al aire, retomamos el programa de televisión de los sábados que tiene más de 7 años, y eso eran gotas de esperanza directas a su espíritu, lo invitaron a EUA a compartir a algunos grupos de AA, pero me impacto cuando lo escuché " me operaron la tripa, pero el corazón está vivo, la vida sigue", esa era la respuesta que el gran arquitecto del  Universo me estaba dando a mí.

Después de esta historia que trate de resumir y en la cual se removieron fibras muy sensibles de mi interior, quiero decirles que mi padre fue sometido a otra nueva cirugía de reconexión de su intestino, ahora hace una vida prácticamente normal, está pendiente una tercera, que debo confesar me sigue dando miedo, pero mi padre me ha enseñado que hay que tener más FE que miedo. Esta forma tan moderna quizá de hacer catarsis la venía cargando desde hace muchos, muchos meses y agradezco a Dios me haya permitido aterrizarla el día de hoy.

Quiero compartirles estimados lectores que nadie sabe que viene tras la adversidad, nadie conocemos que es lo que se acerca tras un evento inesperado como esta experiencia de vida, lo cierto es que en nuestras manos está el decidir si deseamos sufrir o crecer, probablemente habrá quienes piensen que hubiese pasado si el desenlace hubiera sido otro, no lo sé, quizá es final sería diferente pero la enseñanza igual, quizá buscaría culpables, pero al final de todo entendería que Dios permitió todo eso para crecer, que era necesario para evolucionar a los siguientes niveles espirituales, para continuar trascendiendo en esta forma terrenal que ahora tenemos.

Les agradezco su lectura, esperando que algo de lo que he compartido aquí sea de utilidad en sus vidas, sus comentarios pueden dejarlos aquí o  en la siguiente dirección electrónica: irv_dr@ hotmail.com. hasta la próxima.